martes, 12 de junio de 2012

"CANNONBALL" ADDERLEY Somethin' Else (Blue Note, 1958)

Este disco empieza como un acto de caballerosidad. El genial y gran (en tamaño y talento) saxofonista Julian "Cannonball" Adderley estaba tan agradecido a Miles Davis por haberle llamado en 1957 para formar parte de su nuevo grupo, que no dudó un momento en citarlo para que apareciera como invitado especial en una grabación para Blue Note que tenía entre manos. Todo un caballero el señor Adderley. Y todo un acto de humildad el de Davis, hacía muuuuuuuuuchos años que no aparecía el trompetista como Sideman de nadie, el siempre tan líder, tan independiente, tan libre. Estamos a 9 de Marzo de 1958. Hace solo cinco días atrás "Cannonball" estaba con el sexteto de Miles registrando ni más ni menos que el histórico por tantas cosas Milestones. Son días importantes para el cambio de paradigma en el jazz, se esta empezando a cocinar en la mente de músicos como Miles Davis, Bill Evans o John Coltrane otra forma de tocar, otra forma de sentir la música. Jazz modal lo llamaron. Dejarse llevar, dejar que los sonidos fluyan de un modo más oriental, más natural, no tan occidental. Y este lp, como buen hijo de su tiempo bebe de esta teoría, aportándole, eso si, elegancia, alma y nocturnidad a los conceptos abstractos.

Para esta grabación realizada en los estudios de Rudy Van Gelder en Hackensack (New Jersey, produjo Alfred Lion; diseñó una icónica y emblemática portada, paradigma del diseño gráfico de aquellos años, Reid Miles) se formó un quinteto de garantías, se conocían perfectamente entre ellos por haber tocado antes en diversas formaciones y ocasiones: Julian al saxo alto, Miles Davis a la trompeta, cada vez más minimalista, contenido y misterioso, Hank Jones al piano, sobrio pero efectivo, Sam Jones, muy blues al contrabajo y el siempre poderoso, juguetón y energético Art Blakey a la batería. Una formación en estado de gracia que escribe aquí su leyenda (a fuego lento) al grabar uno de los discos más bonitos y misteriosos de la historia del jazz.

Vamos a saborear el disco poco a poco para así no dejar de tener su regusto en las orejas durante mucho tiempo: Autumn Leaves, este estándar que ha tocado todo el mundo desde hace siglos, aparece aquí más sedoso, arábigo y romántico que nunca, con una misteriosa y elegante atmósfera que marcará todo el tono del álbum. Las improvisaciones de Adderley y Miles son escuetas, precisas y al mismo tiempo virtuosas, el dominio de la situación y la melodía es apabullante. Menos es más, se suele decir... a veces no se dá el caso, menos es menos y punto, pero en esta ocasión parece que el dicho se cumple bien cumplido. Love For Sale es una cancioncilla de Cole Porter con una melodía luminosa, romántica y lúdica. Empieza con una genial introducción muy clásica y blues al piano de Hank Jones para dar paso a continuación a los siempre efectivos ritmos latino-funkies de Blakey. Un corte increíblemente delicioso. Y llegamos a la madre del cordero, Somthin' Else (si, sin "e", para distinguirlo del título del lp), mágnifica composición de Miles Davis donde la clásica técnica de "ecos respuesta" (yo toco una melodía y tu la repites a tu manera) tan manoseada en las Big Bands e incluso en los albores del Be-bop toma aquí una nueva dimensión, más moderna, más libre, más espectacular. Creo que no hará falta decir que los solos aquí expuestos son de antología.

Y todo parece indicar que Miles (tan egocéntrico él) se estaba dando cuenta de que el disco le estaba quedando demasiado a su estílo, y aflojó el acelerador, dejándole más protagonista al Leader en los dos últimos cortes. One For Daddy-O es un simpático blues compuesto por el hermano de Julian (Nat Adderley) dedicado a un celebre locutor de radio de Chicago, Daddy-O Daylie. Aquí "Cannonball" es más "Cannonball" que nunca, dejandose llevar por su lado más frenético, Parkeriano y virtuosos al saxo alto. Y terminamos con el baladón Dancing in the Dark, donde Miles se retira y deja a Adderley que exprima y demuestre todo su lirísmo, belleza y sensibilidad al instumento. Davis no pudo evitar soltar aquello de "I made him play this" y que recordaba a la gran Sarah Vaughn cantarlo tal cual lo tocó Julian. En fin, cosas del brujo.

Podemos concluir que aunque este disco haya quedado como un hermano menor del Kind Of Blue y siempre se le vaya a atribuir su genialidad a Miles, sería muy injusto dejar a Adderley como "aquel que pasaba por allí" cuando estamos hablando de que esta posiblemente sea la mejor grabación con las mejores interpretaciones registradas de un músico grandioso y colosal como fue él. Julian era tan modesto que todo esto no le importaba, seguro, el solo se preocupa por hacerlo bonito, y vaya si lo hacía... Nos encontramos pues con un trabajo que ha pasado a la historia como un disco muy moderno, muy blues, con unos arreglos muy pensados, que entra fenomenal a la primera y perfectamente recomendable para neófitos en esto de escuchar un disco de jazz enterito. No le tengaís miedo, esto es otra cosa...



1 comentario:

  1. Joer, estupendo blog. He caído aquí buscando alguna escrito acerca del 'My Favorite Things', cuyo tema homónimo acabo de escuchar y me tiene embobadísimo. Y claro, voy, me encuentro con esta 'obrita' de Adderley -recién descubierta para mí- acompañada de una reseña tan certera y... en fin, que me hago seguidor :D

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